«Sólo tú sabes ser tan especial…»
La Parálisis Cerebral es un trastorno motor global y no evolutivo de la persona que se produce por una lesión neurológica cuando el cerebro se está desarrollando, consistente en un desorden permanente y no inmutable del tono, la postura y el movimiento. Esta lesión puede generar la alteración de otras funciones e interferir en el desarrollo del Sistema Nervioso Central.
Las lesiones que provocan Parálisis Cerebral suceden durante la gestación, durante el parto o durante los primeros años de vida. Las causas pueden ser infecciones intrauterinas, del cerebro, dificultades antes del nacimiento, etc.
El diagnóstico de la Parálisis Cerebral se debe producir lo antes posible de manera que se pueda comenzar el tratamiento más adecuado a las características del bebé que le permita desarrollar al máximo sus capacidades.
Son los padres los primeros en detectar que algo no va bien, apreciando una postura irregular o un retraso en las distintas etapas del desarrollo: el momento de rodar, sentarse, gatear, sonreír, caminar… En otros casos el bebé presenta un tono muscular anormal (hipotonía o hipertonía).
Definición de Parálisis Cerebral
La Parálisis Cerebral es un trastorno motor global y no evolutivo de la persona que se produce por una lesión neurológica cuando el cerebro se está desarrollando, consistente en un desorden permanente y no inmutable del tono, la postura y el movimiento. Esta lesión puede generar la alteración de otras funciones e interferir en el desarrollo del Sistema Nervioso Central.
El término parálisis cerebral define a una lesión en el cerebro antes de que su desarrollo y crecimiento sea completo. De carácter permanente y no progresivo, este trastorno es irreversible, pero no degenerativo; es decir, ni aumenta ni disminuye, simplemente acompaña al individuo durante toda su vida.
Mejorar su calidad de vida implica favorecer su desarrollo integral y potenciar sus capacidades. Todo esto se consigue si la persona recibe los tratamientos adecuados que le ayuden a mejorar sus movimientos, su nivel de comunicación y se le disponga un adecuado programa educativo.
Causas de la Parálisis Cerebral
Las lesiones que provocan Parálisis Cerebral suceden durante la gestación durante el parto o durante los primeros años de vida. Las causas pueden ser:
- Infecciones intrauterinas, como por ejemplo la rubéola sobre todo si ocurre durante las primeras semanas del embarazo.
- Una dificultad antes del nacimiento, quizás debida a que el bebé tiene problemas para respirar adecuadamente, por ejemplo cuando se produce enrollamiento del cordón umbilical en el cuello.
- Un hematoma cerebral o una hemorragia intraventricular se puede producir en el bebé antes del nacimiento.
- El cerebro del bebé sufre una malformación sin motivo aparente.
- Por causas de una incorrecta asistencia durante el parto.
- Por otras causas como infecciones del cerebro, accidentes, que suceden en los primeros años de vida.
¿Cómo podemos detectar esta disfunción?
El diagnóstico de la Parálisis Cerebral se debe producir lo antes posible de manera que se pueda comenzar el tratamiento más adecuado a las características del bebé que le permita desarrollar al máximo sus capacidades.
La Parálisis Cerebral es una discapacidad aún bastante poco conocida en la sociedad. Los primeros síntomas se presentan antes de los 3 años. Son los padres los primeros en detectar que algo no va bien, apreciando una postura irregular o un retraso en las distintas etapas del desarrollo: el momento de rodar, sentarse, gatear, sonreír, caminar… En otros casos el bebé presenta un tono muscular anormal. Si el tono muscular es bajo (hipotonía) el bebé está flácido, relajado y puede parecer abatido. Si hay un incremento del tono muscular (hipertonía), el bebé parece rígido y tieso. Algunos de estos bebés muestran un período inicial de hipotonía y, a los dos o tres meses de vida, progresan hacia la hipertonía.
Cuando el padre o la madre observen alguna señal que les alarme sobre el proceso de maduración del bebé, deberán comunicárselo al pediatra quien le hará las exploraciones necesarias para determinar si se trata de variaciones que ocurren normalmente entre los niños o de alteraciones del desarrollo. A través de un examen físico, entre los 6 y 12 meses, el pediatra obtendrá información sobre los antecedentes prenatales (antes del nacimiento), sobre el parto y la evolución del niño/a. El examen consiste en verificar los síntomas (desarrollo lento, tono muscular anormal, postura irregular), examinar los reflejos y observar cuál es la mano dominante. Normalmente, los niños no muestran preferencia por una mano hasta los 12 meses, pero los bebés con hemiplejia espástica desarrollan esta tendencia mucho antes, ya que la mano del lado no afectado es más fuerte y, por ello, más útil. El pediatra suspenderá un objeto delante y al lado del bebé y observará con qué mano lo intenta coger. Para descartar otros posibles trastornos, es imprescindible observar la evolución del niño/a. La PC no es una enfermedad degenerativa, por lo que sus síntomas no empeoran.
Para su detección existen una serie de pruebas de evaluación, tales como exámenes neurológicos (evaluación de los reflejos, de las funciones motoras y de las cerebrales), resonancias magnéticas (obtener imágenes de cualquier parte del cuerpo), ultrasonido (envío de ondas de sonido al cerebro y obtener un patrón de ecos para formar una imagen de sus estructuras), electroencefalogramas (registrar la actividad eléctrica del cerebro), etc.
Necesidades que presentan las personas afectadas de Parálisis Cerebral y Afines:
- La salud física y el desarrollo psicomotor
- La comunicación y relación interpersonal
- Un entorno socializado y de relación mutua
- El afecto y el equilibrio personal
- Una respuesta educativa ajustada a cada persona
- Integración socio-laboral
- Un entorno favorecedor y respetuoso con las características de cada discapacitado
- Una vivienda adaptada
- Eliminación de barreras: arquitectónicas y de comunicación social