Exposición Solidaria

IV Exposición Solidaria

“El Arte atraviesa Barreras”

En el año 2013, ASPACE León, gracias a la generosidad ejemplar de varios artistas excelentes del pincel, la gubia y el vidrio, organizó una exposición de las obras donadas. Esto supuso, además de un beneficio para la asociación, la ilusión de las personas usuarias ante la realización de dicho evento.
La exposición fue una experiencia extraordinaria, la cual tuvo continuación en nuevas ediciones durante los años 2014 y 2016.

 

En la actualidad, queremos recuperar esta iniciativa que supuso una oportunidad de fortalecimiento para nuestra Comunidad además, de una forma creativa de poder colaborar con las personas con parálisis cerebral y encefalopatías afines de León.

 

Es por ello que nos complace presentar “El Arte Atraviesa Barreras” la cuarta edición de esta exposición fruto de la solidaridad y generosidad del grupo de artistas cuyo compromiso con ASPACE León nos alienta a continuar trabajando para que las personas con parálisis cerebral puedan mejorar su calidad de vida. En formato digital, te acercamos la exposición para que la disfrutes cuando y donde quieras.

¡Me gustaría colaborar!

Si quieres adquirir alguna de las obras o bien, se te ha ocurrido alguna idea para colaborar a través de esta iniciativa, ¡cuéntanoslo!

ocio@aspaceleon.org

 

685 989 532

 

987 875 194

Descubre a los artistas

Amancio González Andrés nace en Villahibiera de Rueda, provincia de León, en 1965.

Ingresó con 17 años en la academia del pintor Alejandro Vargas, donde completó tres cursos. Tras cumplir con el servicio militar, aprovechó un periodo sabático para tallar su primera escultura en el tronco de un peral en su pueblo natal. «Desde los primeros golpes que le di con la hozuela ya empecé a sentir una atracción difícil de superar», recuerda.

A partir del año 2000 se dedica profesionalmente a la escultura. La idea clave en la obra del autor es la presencia del hombre, de la figura humana, y por ese motivo podemos calificar al artista como “figurativo”. A través de esa figura humana traslada sentimientos, perspectivas, visiones diferentes. Y esa idea se muestra a través de materiales diversos: la madera, desde el inicio, y después la piedra de talco, la piedra, el bronce y el hierro, base de sus trabajos de los últimos años.

Su participación en multitud de exposiciones, tanto individuales como colectivas, en León y en otros muchos emplazamientos, hace que sea un artista conocido, cercano, del que reconocemos sobre todo sus obras de gran tamaño, aunque también ha realizado muchas piezas pequeñas en bronce y hierro, que sirven de estudio para obras mayores. Podemos además admirar su obra en instituciones públicas, como la Diputación Provincial de León, el Ayuntamiento de León, y religiosas, como la iglesia parroquial de Santa Marina la Real, y, además de en otros lugares, no necesariamente cercanos, como Fuerteventura, Dinamarca, Turquía, Francia, Rusia, e incluso México… su obra pública puede visitarse en León.

Así, La Vieja Negrilla, en la Plaza de Santo Domingo, o la Figura sentada con pájaro muerto, en la Plaza del Cid. También en la provincia, como El Chivo en Vegacercera, el Hito de la Memoria, en Valle de Carrocera, o Maternidad, en Astorga.

El escultor Jesús Pombo de los Arcos nació en Carballino, Orense, en el año 1946, pero desde 1981 reside en León.

Se formó artísticamente en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid, graduándose en 1975 en la especialidad de Forja Artística. Su actividad artística se ha desarrollado profesionalmente en el ámbito de la escultura, utilizando diversos materiales, como el hierro, la piedra, la madera o el marfil, así como en el modelado de piezas para su fundido en bronce.

Desde los años 70, en que comienza a exponer, su obra ha sufrido una evolución natural, que le llevó a pertenecer al grupo artístico Trasgo, entre 1988 y 1992, y que posteriormente le ha dirigido a trabajar y atender encargos de obras para espacios públicos y privados.

En palabras del propio artista, “Hago una escultura académica, en el sentido de que siendo moderna conserva las referencias a la figura. Es una escultura expresionista en la que pueden encontrarse ciertos reflejos de gente como Gargallo. Yo nunca he sido un teórico, ni me interesa la teoría, más bien soy un escultor práctico y pretendo que mis creaciones lleguen a la gente, que las entiendan, que compartan y completen como espectadores el trabajo del escultor».

En los últimos años ha colaborado con Aspace León, primero donando dos esculturas, una de las cuales integra la presente exposición, y posteriormente a través de actividades formativas con los usuarios del Centro Ocupacional de San Feliz de Torío, muy valoradas por todos ellos, y por lo que la comunidad Aspace estamos muy agradecidos.

José Antonio Barrera González nació en Villadangos del Páramo en 1946. Cuando tenía 12 años ya pintaba, y sentía la necesidad de tener un lápiz entre los dedos en todo momento. Pese a su formación técnica como ingeniero industrial, su pasión es la pintura. Desde aquellos doce años entonces hasta las últimas exposiciones (destaca la celebrada en el Palacio de Gaviria en 2019, con el título “Arquitecturas pintadas”) ha desarrollado tanto la técnica de la acuarela como la del óleo, siempre determinado por la luz, sobre todo la luz del atardecer, donde, según el propio autor, “se produce la máxima calidez de los colores”.

Su obra representa escenarios diferentes, sobre todo leoneses (Carrizo, La Cabrera, la Valdorria, la Cepeda…) pero no solo. Su obra puede calificarse de realista, aunque esa realidad se interpreta de distintas formas, huyendo del hiperrealismo. El lenguaje que utiliza bebe además de su formación como ingeniero, a través de lo que el ojo percibe, mediante la idea de dibujo cónico. Y sin embargo, el autor prescinde en su técnica del dibujo previo.

Explica él mismo «Yo no dibujo, empiezo a pintar. Y lo primero igual es una mancha”. La cercanía y la lejanía se combinan en sus cuadros y ofrecen percepciones complementarias.

José Antolín Álvarez Chamorro nace en Benamariel (León) en 1962.

Es un escultor que utiliza muy diversos materiales en su obra. Así, trabaja tanto la madera como el hierro, la cerámica o el bronce, aunque podríamos decir que su preferido es la madera. Con este material ha realizado alguna de sus obras más conocidas, como la talla del Cristo del Gran Poder que dio nombre a esta cofradía leonesa.

Durante su trayectoria artística ha participado en diversas exposiciones, desde aquella primera exposición individual, en la sala Sardón, en 2002con once tallas de madera definidas por el propio autor como trágicas, duras, casi pesimistas. Ha sido también seleccionado y galardonado en diversos premios y certámenes, destacando, por ejemplo, el 1º Premio de escultura del 1º Concurso de Escultura del MARM (Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino) por su obra Número de magia (talla directa en acacia), donde se señaló que “quizá la cualidad más importante de este veterano escultor leonés sea la poesía con la que es capaz de impregnar todas sus creaciones. Poesía y ritmo que convierte la dura estructura de la madera en delicadas estructuras en las que las líneas curvas se entrelazan creando una delicada sensación de movimiento.”

José Asenjo Vega nace en Villacintor, León.

Su formación se desarrolla en los estudios y talleres que el maestro tallista y escultor Víctor de los Rios tenía en la década de los años cincuenta en la capital leonesa y en Madrid, donde Asenjo se desplazó para perfeccionar su aprendizaje en el arte clásico y para estudiar anatomía humana, tanto en el taller de Víctor de los Ríos, como con el maestro pintor Antonio López y en el prestigioso Círculo de Bellas Artes.

Vinculado de forma fundamental con la imaginería de la Semana Santa, las imágenes de José Asenjo se procesionan en algunas de las Semana Santas más importantes de España (Medina de Rioseco, León o Linares), pero además, es en la obra de carácter civil donde mejor se aprecia la evolución de su estilo, a través de la utilización de diversos materiales, tanto maderas como metales.

Como discípulo de Víctor de los Ríos fue designado antes de morir el maestro, según consta en acta notarial, como único profesional restaurador y mantenedor de su obra. Así ha llevado a cabo en los últimos años numerosos trabajos de restauración de la obra de su gran profesor, en toda la geografía nacional e internacional.

Destaca dentro de esta labor la restauración y recolocación del gran paso de la Semana Santa, la Sagrada Cena, de la Hermandad de Santa Marta de León, que posesiona alguna de las imágenes que salieron de sus manos.

 

Fuente: Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago

Juan Antonio Cuenca nació en León en 1975. Su formación artística incluye el Título de Graduado en Artes Aplicadas, y de Técnico Superior en la especialidad de Grabado (calcografía, xilografía, litografía, serigrafía y fotomecánica), además de otra formación complementaria, sobre técnicas y materias diversas, como pintura al fresco, soldadura, cine y video profesional, o estuco – mármol.

Ya desde niño participó con éxito en certámenes, como el de dibujo y pintura Ciudad de León, que ganó en su edición del año 1986, en la categoría cadete/juvenil. Desde entonces, varios primeros premios en concursos de carteles, como el cartel “Fiestas de San Juan y San Pedro 2004, de León, o de pintura rápida, como el XXV Certámen de Pintura Rápida Ciudad de León, jalonan su expediente.

Ha participado en exposiciones, tanto individuales como colectivas, como la individual denominada de forma genérica “Sensual Fruit”, en sus versiones 2.0, 2.1, 2.2, 2.3, 2.4 y 2.5, en León y Valladolid, las colectivas benéficas a favor de ASPACE León, o la colectiva “20 Artistas Leoneses en homenaje a Vela Zanetti”, en León.

Podemos admirar su escultura urbana en el busto del rey leonés Alfonso V, en conmemoración del Milenario del Fuero de León, realizado con la ayuda de alumnos del Centro de los Oficios del Ayuntamiento de León, e lMonumento a los Donantes de Sangre, de Benavides de Órbigo, o el busto a Clara Campoamor, en León.

Desarrolla además otras técnicas, como la ilustración (Portada del libro El Gallo de la Torre de San Isidoro, editado por la Cátedra de San Isidoro, o la maquetería, como la realizada para el Centro de Interpretación León Romano; y desempeña diversa actividad docente, sobre todo vinculada al Centro de los Oficios de León.

Seve Trapiello nacido en Manzaneda de Torío (León) en 1954, reside y trabaja en Navafría de la Sobarriba, también en León.

Pintor, Ilustrador y diseñador gráfico, desde 1980, su primera individual, expone en Guatemala, El Salvador, México, Panamá, Italia y en España: León, Oviedo, Zamora, Santander, Castellón, Granada, A Coruña, Madrid o Jaén.

En nuestra ciudad recordamos, por ejemplo, las individuales mostradas en la Galería Sharon Art, sobre las que Marcelino Cuevas, en el Diario de León, escribía que “«Trapiello sabe conectar siempre el alma con sus pinceles y consigue transmitir un intenso mensaje de paz y estremecedor silencio» 

Culmen del paisajismo, su obra nos permite reconocer imágenes vividas y cercanas, unos cantos rodados en un recodo de un riachuelo, la montaña leonesa, la luz del otoño en los valles, pero también añorar tiempos pasados, cuando los fondos de los ríos estaban llenos de vida, casi ausente ahora. Además, como decía Eloisa Otero, “a veces se adentra en el paisaje urbano de la capital para plasmar sus rincones y monumentos más hermosos: la Catedral, el palacio de Gaudí, el de los Guzmanes… Eso sí, siempre como con agua en las calles «para darle un poco de brillo». Y en ocasiones da un salto a lugares más lejanos, como las playas del norte, siempre transmitiendo la misma magia, ya que es la propia evolución del artista la que marca el mensaje que se ofrece en su obra, lejos de un enfoque fotográfico de la realidad.

Durante la pandemia el autor ha experimentado con todo tipo de estilos, óleo, acrílico, acuarela, y la parálisis impuesta le ha permitido centrarse más en su producción artística, sobre todo con obras que reflejan la montaña y la ribera de nuestra provincia. Estas obras permiten, en palabras del autor, “que la gente pueda disfrutar de esos paseos por el campo sin tener que salir de la ciudad”.